El Servicio Geológico Colombiano registró un sismo de magnitud 3.6 en el municipio de Los Santos, en el departamento de Santander, el pasado 21 de noviembre a las 23:07 hora local. El evento ocurrió en las coordenadas 6.835166667 de latitud y -73.12066667 de longitud, con una profundidad de 149 kilómetros, aunque estos datos son preliminares y están sujetos a posibles cambios tras revisiones técnicas.
Colombia se encuentra en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas más activas del planeta debido a la subducción de las placas de Nazca bajo la Sudamericana y de la Sudamericana bajo la Caribe, lo que explica la frecuencia de estos fenómenos. Este cinturón alberga el 75 por ciento de los volcanes del mundo y es responsable del 80 por ciento de los temblores fuertes a nivel global.
Los Santos, una de las zonas más sísmicas del mundo
Los Santos, en Santander, es considerada la segunda zona más sísmica del planeta, formando parte de los departamentos con mayor actividad telúrica en Colombia, como Nariño, Chocó y Caldas. La intensidad de estos sismos se mide mediante la Escala Macrosísmica Europea (EMS-98), que va desde el nivel 2, donde apenas se percibe el movimiento, hasta más de 7, que provoca daños severos en estructuras.
Recordatorio de sismos históricos mortíferos en el país
La historia sísmica de Colombia incluye eventos devastadores como el terremoto entre Ecuador y Colombia en 1868, de magnitud entre 6.3 y 6.7, que dejó alrededor de 70.000 víctimas; el de Cúcuta en 1875, con magnitudes estimadas entre 7.5 y 8.5 y al menos 461 cuerpos reportados en territorio colombiano; el de Esmeraldas en 1906, de 8.8, que causó 1.500 muertes y un tsunami en Tumaco; el de Páez en 1994, de 6.4 y cerca de 800 fallecidos; y el del Eje Cafetero en 1999, de 6.2, que superó las 1.000 muertes, dejó 4.000 heridos y unos 500 desaparecidos.
Autoridades y el Servicio Geológico Colombiano reiteran la importancia de mantener la vigilancia y estar preparados ante posibles actualizaciones en los reportes preliminares de este sismo, recordando que la preparación comunitaria es clave en un país con alta actividad sísmica como el nuestro.
