En una clara señal de descontento, el Departamento de Estado de Estados Unidos ordenó el regreso inmediato de su embajador en Colombia, John McNamara, para “consultas urgentes” tras comentarios calificados de “infundados y reprensibles” emitidos por altos funcionarios colombianos.
La respuesta oficial de EE. UU.
El comunicado del Departamento de Estado destaca que, además de llamar a consultas al embajador, se están evaluando «otras medidas para dejar clara nuestra profunda preocupación por el estado actual de nuestra relación bilateral», aunque no se detalla cuáles son esas acciones.
A pesar de las tensiones, el documento aclara que «a pesar de las diferencias políticas con el gobierno actual, Colombia sigue siendo un socio estratégico esencial» y que “mantenemos compromiso con una estrecha cooperación en diversas prioridades compartidas, como la seguridad y la estabilidad regional” (fuentes oficiales).
Declaraciones de Marco Rubio
El secretario de Estado, Marco Rubio, aseguró que la medida responde a «declaraciones infundadas y reprensibles de los más altos niveles del Gobierno de Colombia«. Rubio enfatizó la urgencia del llamado, reflejando una postura firme de Washington ante lo que considera una ofensiva verbal innecesaria desde Bogotá.
Las relaciones entre ambos países han estado en tensión durante el Gobierno de Gustavo Petro, con temas álgidos como migración, extradiciones y barreras comerciales.
Repercusiones políticas en Colombia
Desde Bogotá, la Cancillería respondió diplomáticamente, considerando las acciones estadounidenses un llamado de atención sobre la necesidad de restaurar la confianza bilateral.
El curso de las próximas semanas será clave para determinar si se produce una recalibración o un mayor deterioro en la relación bilateral.