Testimonio de trabajadora del Palacio de Justicia de Bogotá sobre la toma de 1985

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La Veintitrés Manizales presenta un testimonio que ofrece una mirada humana a uno de los episodios más traumáticos de la violencia política en Colombia. María del Carmen Castro, a quien todos llaman Carmencita, trabajaba sirviendo café en el Palacio de Justicia de Bogotá y relató su experiencia durante la toma del 6 de noviembre de 1985 por el M-19, un hecho que se extendió durante 28 angustiosas horas. El episodio dejó cerca de 100 muertos y al menos 11 desaparecidos, cifras que cobran una dimensión adicional cuando se actualizan con el relato difundido hoy por Noticias Caracol como parte de la memoria histórica y de la conmemoración anual de aquella tragedia.

Carmencita sitúa la acción en el sótano y la cafetería del Palacio, describiendo un encierro que convirtió el lugar en un corredor de sombras. Habla de oscuridad, disparos y explosiones, de un intento de escape que terminó con la salida final del edificio durante la retoma. Su testimonio, enmarcado en la cobertura de Noticias Caracol, pone el foco en la experiencia humana de los trabajadores y las víctimas cuando una institución se vio sometida a la violencia y la incertidumbre. El relato recuerda, además, el contexto de violencia política que marcó la historia de Colombia y la memoria que persiste entre quienes vivieron aquel capítulo.

La fuente del testimonio es Noticias Caracol, y la entrevistada es María del Carmen Castro, conocida como Carmencita, una empleada de la cafetería del Palacio de Justicia. El relato se centra en la escena de encierro, el intento de escape y la salida final del edificio durante la retoma, aportando una dimensión íntima a la crónica de una jornada que dejó huellas profundas en quienes trabajaban allí y en la memoria colectiva del país.

Un testimonio para la memoria

Este testimonio, difundido por Noticias Caracol, se enmarca en la memoria anual de la toma y retoma del Palacio de Justicia y subraya el impacto humano de aquel episodio en los trabajadores que permanecieron dentro de la sede y en la sociedad colombiana que lo vivió de cerca.

«Claro, yo no me podía quedar en mi casa y dejarlos solos a los que quedaban» – Carmencita

«Solo escuchábamos bala y decían ‘Viva Colombia, viva el M-19′» – Carmencita

«Enfermero, enfermero» – Carmencita

«Nos cogimos de la mano, nos fuimos hacia allá, hacia la octava, cuando se explosó, hubo una explosión grandísima que nos mandó a todos al piso. Quedamos debajo de los carros, y todos en silencio. Hasta que después nos llamábamos entre nosotros para ver si estábamos bien. Nos devolvimos y nos encerramos otra vez» – Carmencita

«Uno cambia, se quiebra, viene el llorar, los nervios… porque ya uno ve desde afuera todo lo que estaba pasando» – Carmencita

«Gracias, Carmencita, hasta luego. Están ricas las arepas» – Jorge (administrador)

Con este testimonio, La Veintitrés Manizales aporta una pieza de la memoria histórica que recuerda que detrás de cada cifra hay historias de miedo, resistencia y cuidado mutuo. El relato de Carmencita, difundido en la cobertura de Noticias Caracol, se suma a la lista de testimonios que mantienen viva la memoria de las víctimas y de quienes trabajaban en el Palacio de Justicia, subrayando la importancia de conservar estos recuerdos para entender el impacto humano de una jornada que dejó huellas imborrables en Bogotá y en el país entero.

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