Tomás García: “Mi sueño es consolidarme y llegar a la Selección Colombia sub-20”

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En la mirada de Tomás García hay ilusión, esa chispa inconfundible de quien está comenzando a construir un sueño con los pies firmes y la cabeza en alto. El juvenil del Once Caldas, vive con humildad y gratitud los primeros pasos en el fútbol profesional, consciente de que el camino apenas empieza en el equipo en el que también juega su hermano Mateo.

Estoy muy contento con todo lo que estoy viviendo”, dice con una sonrisa tímida, pero con la certeza de quien ha recorrido ya un proceso. Formado en el América de Cali, donde hizo el recorrido desde la sub-15 hasta la sub-20, llegó a Manizales en noviembre del año pasado. Lo recibió su hermano Mateo, hoy figura clave en el equipo profesional, y con él comenzó a tejer su propia historia.

Poco después, su madre y su padrastro se trasladaron también a la capital caldense. Hoy comparten hogar y sueños, porque en la familia García el fútbol es más que una pasión: es el proyecto de vida.

Con humildad y trabajo, Tomás ya se ha ganado la confianza del cuerpo técnico para ser tenido en cuenta en algunas convocatorias.

Tomás entiende que ahora que entró la competencia de la Copa, esta puede ser la vitrina perfecta para los jóvenes que buscan abrirse paso. “Si bien se ve con alguna ilusión e importancia, es donde se pueden abrir muchas puertas”, sin embargo reflexiona, y manifiesta que “todo el grupo está preparado para asumir los torneos que estamos compitiendo”.

A sus 20 años, Tomás habla con la madurez de quien ha aprendido a valorar cada paso. Tiene claro que nada está ganado y que la clave está en poner “los pies sobre la tierra”. Lo repite como un mantra que ha escuchado de su hermano, de sus compañeros, de los veteranos que lo rodean en el camerino del Palogrande.

Su sueño inmediato es ganarse un lugar en el equipo titular, y a corto plazo, vestir la camiseta de la Selección Colombia sub-20. A largo plazo, consolidarse como profesional, quizás emulando a su ídolo, Federico Valverde, por su intensidad, dinámica y liderazgo en la cancha. Aunque, cuando habla de referentes, también menciona a Mateo, su hermano mayor, a quien admira y escucha cada día: “Tengo la oportunidad de estar con él todo el tiempo, de aprenderle, y eso es lo más importante”.

Algunos dicen que Tomás podría superar futbolísticamente a Mateo. Él solo sonríe: “Si él lo dice, bueno. Con tiempo, trabajo y mucha humildad, todo se puede lograr”.

Mientras tanto, en la ciudad de las puertas abiertas, los sueños de Tomás podrían convertirse en realidad.  Él sigue entrenando, creciendo, creyendo. Porque el fútbol, como la vida, se juega paso a paso.

Tomás García camina con paciencia y fe. A su lado, una familia que lo respalda; en la cancha, un apellido que ya tiene historia en el Once Caldas. Él quiere escribir la suya, con humildad, trabajo y una gran ilusión: vestirse de amarillo, azul y rojo.

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