Por JUAN MANUEL GALÁN*
El centro de gravedad de una Colombia segura y con oportunidades para todos, es la transformación de la manera de hacer política. El primer paso es la justicia y la creación de una jurisdicción electoral representada por una corte electoral. La sección quinta del honorable consejo de estado podría convertirse en la primera corte electoral independiente, sin origen partidista.
Un sistema de protección a denunciantes de fraude electoral, trasteo de votos, compra de votos o extorsión a los contratistas del Estado es fundamental. Tipificar como delito penal la difusión o promoción de desinformación y noticias falsas a través de redes sociales.
La financiación de la política, de los partidos y sobre todo de las campañas electorales, requiere una vigilancia especial que garantice elecciones libres y justas. Además, es prioritario facilitar la financiación legal de las campañas electorales, desde el sistema financiero, con un trámite estricto pero ágil y simplificado.
La transparencia y la rendición de cuentas resulta esencial. En ciudadano debe poder acceder, en tiempo real, desde plataformas digitales a la información sobre el uso de recursos públicos, en particular las órdenes de prestación de servicios a todo nivel en las entidades del Estado.
Fomentar la participación activa de la ciudadanía en los procesos políticos a través de pedagogía y la formación de una cultura democrática permanente, es clave para cambiar la manera de hacer política. Estimular iniciativas desde la sociedad civil, los empresarios y el fortalecimiento del capital social son el mejor antídoto contra el clientelismo.
Invertir en programas de educación sobre historia, democracia que enseñen a los ciudadanos sobre sus derechos, deberes y responsabilidades, así como sobre el funcionamiento del sistema político, es esencial para formar una ciudadanía informada y comprometida.
Es necesario desarrollar planes de desarrollo regional que trasciendan los periodos de gobierno de alcaldes y gobernadores. Estos planes deben ser elaborados con la participación de diversos actores, incluyendo el sector privado, la sociedad civil y las comunidades locales, y deben estar apoyadas por una institucionalidad robusta con capacidad de ejecución.
Incorporar criterios de sostenibilidad ambiental, en los procesos de desarrollo, que signifiquen oportunidades de ingreso y formación para las comunidades es de suma importancia. Por ejemplo, programas de reforestación, gestión del agua y agricultura regenerativa.
Comprometer a los medios de comunicación con el desarrollo de campañas de concientización que eduquen a la ciudadanía sobre los efectos negativos de la compra-venta de votos y promuevan la importancia de ejercer el derecho al voto de manera libre y consciente.
Crear incentivos para que los ciudadanos participen activamente en los procesos electorales, como la biometría universal, la facilitación del acceso a los centros de votación y la promoción de la participación de jóvenes y mujeres en la política.
Los partidos políticos deben democratizarse, permitir la participación activa de sus militantes en la toma de decisiones. Esto incluye la elección de candidatos a través de primarias abiertas y la promoción de la transparencia en la gestión de los recursos del partido.
Invertir en la formación de nuevos líderes políticos que estén comprometidos con los valores democráticos y la ética pública. Para lograrlo se deben poner en marcha programas de capacitación y mentoría, así como la promoción de la participación de jóvenes y mujeres en la política.
Los partidos políticos deben ser capaces de interpretar y responder a las demandas de la sociedad. Esto implica estar en constante renovación, diálogo con la ciudadanía, promover la participación de diversos sectores sociales y adaptar sus programas y propuestas a las necesidades y expectativas de la población.
*Director Nacional del Nuevo Liberalismo