Trump acusa a Colombia de narcotráfico y advierte intervención militar de EEUU

Compartir en redes sociales

Desde la Casa Blanca, en una rueda de prensa que siguió a una entrevista reciente con Fox News Radio, Donald J. Trump criticó al gobierno de Colombia por el narcotráfico y afirmó que «esto está destruyendo a gran parte de Estados Unidos». El presidente estadounidense, que ha endurecido su política antidrogas desde enero de 2025 con el aumento de operaciones militares y la posibilidad de sanciones a países como Colombia, vinculó la crisis de seguridad y el consumo de drogas en su país con las redes criminales que operan desde Colombia, mencionando de pasada al grupo Tren de Aragua y a la influencia regional que alcanza también a Venezuela y a su régimen de Nicolás Maduro. En ese marco, anunció medidas de respuesta de Estados Unidos que podrían incluir acciones militares, y señaló que ya se ha iniciado un despliegue de portaaviones, buques de guerra y varios aviones en la región del Caribe y Pacífico para respaldar esas posiciones.

En respuesta, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció a través de X las declaraciones de Trump y defendió su gestión, al tiempo que advirtió sobre violaciones a la soberanía del país. La fisura bilateral se agrava con la inclusión de Petro y su familia en la Lista Clinton de la OFAC, un registro que ha intensificado la tensión entre ambos gobiernos desde 2025. Según Trump, el aumento del narcotráfico desde Colombia ha generado pérdidas humanas en Estados Unidos y ha provocado una crisis de seguridad que afecta a la nación. En palabras vinculadas a cifras citadas en distintas plataformas, afirmó que 200,000 personas mueren anualmente por consumo de estupefacientes en Estados Unidos; a la vez, Semana reporta una veintena de ataques a embarcaciones en la región del Caribe y Pacífico con al menos 83 víctimas mortales, mientras Petro, citado en X, afirmó que se destruyeron 10,366 laboratorios de producción de cocaína y subrayó que sus gobiernos ha trabajado por resultados que contradicen las acusaciones de Moscú. En ese sentido, el mandatario colombiano defendió su proyecto de seguridad y sostuvo que las sanciones no deben vulnerar la soberanía de Colombia, al mismo tiempo que rechazó la narrativa que busca culpabilizar a su país de la situación regional.

La escalada de tensiones entre Bogotá y Washington se enmarca en un marco regional complejo

Según el contexto necesario, la tensión se ha intensificado después de que Trump regresara a la presidencia y fortaleciera una política antidrogas más agresiva, con mayores operaciones militares y la amenaza de sanciones a países de la región, incluido Colombia. En paralelo, la inclusión de Petro y su familia en la Lista Clinton de la OFAC ha marcado un hito diplomático que empuja el enfrentamiento hacia un terreno más explícitamente confrontacional entre ambas administraciones. Petro ha disputado públicamente esas decisiones a través de X y ha defendido los resultados de su gestión frente a lo que describe como violaciones de soberanía, mientras se mencionan posibles acciones en el Caribe y Pacífico y la posibilidad de intervención militar como elementos de un marco de presión mutua.

«Cuando ves la muerte y la destrucción, y lo que le pasó a una familia, con niños que entran en las drogas, todo es posible. Las cifras son increíbles» – Donald Trump, Presidente de Estados Unidos

El panorama que emerge es de una confrontación sostenida entre Estados Unidos y Colombia, con un eje regional que involucra a Venezuela y a actores como Tren de Aragua. Las autoridades regionales y diplomáticas analizan que, más allá de la retórica, la disputa podría traducirse en un mayor despliegue militar en el Caribe y el Pacífico y en una presión diplomática que complica la cooperación en materia de seguridad y lucha antidrogas. En última instancia, el objetivo declarado por Washington es cortar las rutas de narcotráfico y reducir la violencia asociada, mientras Bogotá intenta preservar su soberanía y defender sus políticas públicas ante un escenario internacional cada vez más tenso. Este equilibrio precario entre disuasión y soberanía marca la lectura de la actualidad para la región, donde la cooperación regional y las alianzas estratégicas serán determinantes para cualquier paso futuro.

Sigue leyendo