Esteban Jaramillo Osorio
Brindo por los míos, por mis amigos, por las buenas intenciones, por la salud y los sueños, por un mundo mejor, por una vida sin sufrimientos.
Brindo en estas horas felices de añoranzas en familia, con vecinos rumberos que tiran la casa por la ventaja porque las festividades lo ameritan, con regalos, alegrías y derroches.
Brindo con estridente música de antaño, en encuentros con parceros que vuelven a cruzar estos caminos, evocando las raíces, tertuliando con lenguas incansables, con partidos de gordos, en los que proliferan las lesiones por los años.
Brindo, Leo y veo en estos días de relax, sin perderle la vista a las noticias.
Mi vida en blanco y negro porque pasan por mis ojos películas clásicas, con actores de verdad, llenos de talento, sin efectos especiales, las que alterno con documentales de deportistas famosos que enseñan a competir, a vivir la pasión de los deportes desde la fortaleza de sus mentes.
No acepto grietas en mi fe y ni en mi optimismo. Sigo amando el buen futbol, estoy de romance con la selección, destaco su invicto y a los equipos chicos que luchan contra la marea en medio de limitaciones.
Repaso afiches y fotografías de las figuras de ayer. Nunca habrá mejores. Los futbolistas que llegaron de afuera o brotaron de nuestra tierra, tan “calidosos”, inigualables e influyentes en títulos consagratorios.
Siempre estarán en la memoria, a diferencia del futbol reguetón de la actualidad en el que se miden los músculos, los kilómetros y los tatuajes y se rechazan las destrezas.
Brindo por Linda, Diaz, Jamidton, Arias, Yaser Asprilla y Bacca. Por Vladimir y su gol de infarto que le abrió el camino a Junior para su título que no figuraba en los pronósticos.
Por Arturo Reyes que derrotó a los escépticos. Por la estrella 16 de *Millonarios a la que lo llevaron los directivos son su seriedad y Gamero, con sus estrategias. Por Patriotas y Fortaleza, en su retorno.
Por los futbolistas jóvenes que emergen, por los árbitros autónomos, por los directivos capaces, por los técnicos con procesos serios y los periodistas veraces que no alimentan su información con especulaciones.
Brindo por los hinchas, soporte fundamental del espectáculo. Qué sería del futbol sin ellos.
Por América Nacional y Medellín porque a pesar de sus crisis, no se agotan las ilusiones. Por Pereira entonado, a lo grande, después de estar en el descenso. Por Equidad y su empeño por ser protagonista; por Águilas y el alcance de sus objetivos, por Tolima que siempre convierte en fortalezas sus flaquezas, por Envigado que tiene claro su proyecto y por mi Once Caldas a pesar de los sufrimientos.
Brindo por Egan Bernal y su resiliencia, por Nairo y su constancia y por tantos deportistas colombianos invisibles para los medios que también construyeron admiración y gloria.
Brindo por el profe Montoya al entrar a los veinte años del drama que con carácter convirtió en ejemplo.
Brindo, por tu familia, por la mía, las que espero nunca estén a la deriva. Por un mundo sin hambre, con oportunidades y sin guerra. Feliz año. Esteban J.