Más de dos mil millones de personas en el mundo viven sin agua potable gestionada de manera segura, según un informe de UNICEF y la OMS presentado durante la Semana Mundial del Agua.
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Diez años después de la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), el acceso universal al agua potable continúa siendo un desafío. El informe revela que 106 millones de personas dependen directamente de fuentes superficiales no tratadas, como ríos o lagos.
“Al ritmo actual, la promesa de agua potable y saneamiento para todos los niños está cada vez más lejos. Necesitamos actuar más rápido y con más audacia para llegar a quienes más lo necesitan”, señaló Cecilia Scharp, experta de UNICEF.
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Desigualdades persistentes
El documento destaca que las personas en los países menos desarrollados tienen el doble de probabilidades de carecer de agua potable y saneamiento básico en comparación con el resto de la población mundial. Entre los más afectados se encuentran comunidades rurales, niños, minorías étnicas e indígenas.
En muchas regiones, la recolección de agua sigue siendo responsabilidad de mujeres y niñas. En África subsahariana y Asia central y meridional, millones de ellas dedican más de media hora diaria a recorrer largas distancias para abastecer a sus hogares. Esta carga, sumada a la falta de infraestructura adecuada para la gestión menstrual, profundiza la desigualdad y limita la asistencia escolar y laboral.
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Saneamiento y consecuencias
El informe también advierte que 3.400 millones de personas carecen de acceso a instalaciones sanitarias seguras, y 354 millones todavía practican la defecación al aire libre. Además, 1.700 millones de personas no cuentan con servicios básicos de higiene en el hogar.
Estas deficiencias generan consecuencias directas en la salud pública, entre ellas la propagación de enfermedades, mortalidad prevenible y mayor marginación de adolescentes que ven restringida su participación en la educación y la vida social.
A cinco años del plazo establecido para los ODS, la ONU insistió en la necesidad de acelerar las acciones. “Tenemos que actuar especialmente en las comunidades más marginadas si queremos cumplir nuestra promesa de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, afirmó Rüdiger Krech, del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.
El informe concluye que, sin un esfuerzo global más ambicioso, el derecho fundamental al agua potable, saneamiento e higiene seguirá siendo inaccesible para millones de personas.