Una gambeta por favor

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Foto ole.com.ar

Esteban Jaramillo

Murió Menotti, el defensor del futbol sin trampas. Predicador del juego técnico, ambicioso, ofensivo, defensor de los futbolistas con talento. El penúltimo romántico, tres veces campeón mundial.

Semifinal del futbol colombiano, con el alboroto al límite de hinchas y periodistas, por la paranoia arbitral. Los del pito otra vez protagonistas. Con exceso de retórica y justificaciones, valorando solo el veneno del resultado, por encima del espectáculo y la diversión.
 
La excepción Santa fe. Con su futbol vigoroso, a veces dominante, simple y efectivo, con derroches físicos, que lo hacen ganador. A su lado Once Caldas que recuperó un poco de su futbol su futbol y reconcilió a Dayro con el gol, con los derroches físicos de Mateo Garcia y los felinos reflejos de su portero James Aguirre.

Junior también, superior a Millonarios, de principio a fin.

Sufrido el triunfo del Pereira, ante el aguerrido Bucaramanga, que jugo mejor con diez tras la expulsión justa de Hinestroza. Pereira tuvo a Quintero, talentoso, diferente, el autor del gol.

Futbol de pisotones, empujones, manotazos, reclamos e interrupciones. De matones, piscineros, pataduras, en el que prevalecen los más fuertes, groseros, gritones o guerreros y no los de mayor calidad.
 
De calidad a propósito hay varios que resaltan en medio de la mediocridad. Como Bacca, Rodallega, Cantillo, Darwin Quintero, Mateo Garcia, Johan Rojas André Ibarguen. Clase hay en sus botines.
 
Inpronosticable el torneo. Sin favoritos a pesar de los triunfos iniciales, porque se juega con irregularidad. Con la fiesta instalada en las tribunas. Con entrenadores que priorizan la seguridad en sus porterías por encima del riesgo de atacar con vehemencia para ganar.
 
El objetivo es no perder, en tantas ocasiones jugando mal. Todos tan calculadores, para evitar sustos y desgracias. Incapaces de ordenarse desde las ideas para dar golpes con autoridad.
 
“Tu tranqui, viejo”, en el fondo todo anda bien, afirman desde el perifoneo oficial. Claro, falta tela por cortar.
 
Pululan los hinchas en los estadios “mendigando futbol”, gritando con angustia, como el famoso escritor Eduardo Galeano, “Una gambeta, por favor.” Esteban J.

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