Por HERNÁN LÓPEZ AYA*
Cada vez que entramos o abrimos una red social encontramos, en cantidades prioritarias, temas como reformas, ataques a poblaciones, peleas entre funcionarios del Gobierno, críticas ácidas, goles y promociones. No obstante, con algo de paciencia y con habilidad para desplazar los pantallazos, nos topamos con informaciones que, no sabemos, son positivas o negativas y nos dejan con ganas de editorializar y definir si hubo culpa o no, o si este mundo está loco y nos hace falta dejar la tecnología a un lado
¡Ojo, mucho ojo a lo que “mis ojos” percibieron!
Fue un tema que me generó zozobra, algo de desesperanza y un montón de risas nerviosas.
La protagonista de esta historia se llama Guadalupe Cepeda. Tiene 63 años bien vividos. Por cuestiones del azar (y un reguero de razones más), ella y su esposo no atravesaban una buena etapa matrimonial.
Guadalupe, cansada de la situación (y de la infidelidad de su marido), decidió buscar refugio en las redes sociales. Estaba vulnerable. Como primer paso, para apaciguar su tristeza, echó mano de un grupo especial al que estaba vinculada desde hacía dos años: Los fans de Enrique Iglesias.
Consultando y consultando, “Lupe” (así la llamaremos para más cercanía), un día, de esos de tristeza, notó algo extraño: recibió un mensaje del mismísimo Enrique Iglesias (o eso fue lo que ella creyó). Emocionada por el momento y con notorios síntomas de agobio por su situación actual, decidió seguir el juego. En el mensaje, “Kike” (para más cercanía), le dijo que la amaba y que no se preocupara, que él la apoyaría (o sea, “Kike). Para más especificidad, el supuesto cantante escribió: “Si tu marido no te quiere, aquí estoy yo. Te quiero para toda la vida”.
¡Fue el sueño hecho realidad!
Después de cientos de contactos y sentimientos a flor de piel, “Lupe” le dijo a “Kike” que abandonaría a su esposo y se iría con él. Le escribió: “Enrique, si me estás viendo, lo que yo siento es sincero. Mi matrimonio se está yendo porque estoy enamorada de ti” (y las lágrimas caían).
“Kike” le contestó que le compraría una casa y le mandó una foto de un anillo de compromiso repleto de diamantes (ni idea cuál sería el kilataje). “Lupe” tenía todo listo para su nueva vida (hasta las maletas hechas).
Pero en este momento apareció Martín, el esposo, quien ya sospechaba que algo raro sucedía. “Lupe” le confesó sus sentimientos por “Kike” y le adicionó hora y fecha de su partida. Martín, pensativo por lo sucedido, le dijo: “Si es el verdadero Enrique, adelante”.
Pero no se iba a quedar con la duda. El hombre comenzó a investigar y se dio cuenta de que “Kike” utilizaba un número telefónico proveniente de África (Nigeria, más exactamente), para “textearse” con “Lupe”. La investigación fue más allá y reveló que “Kike” era un estafador con un perfil falso en Instagram. En este momento, la pareja de esposos decidió contactar al verdadero Enrique. Un vocero del equipo de relaciones públicas del cantante les confirmó que Iglesias “no mantenía contacto directo con sus seguidores en redes sociales”.
Con la mentira destapada, llegaron los golpes de pecho “económicos”. Guadalupe se gastó 2700 dólares americanos en tarjetas de regalo para su “falso amor”, creyendo que el artista necesitaba ese dinero. Además, “Kike” le pidió fotos desnuda, situación en la que ella no cayó.
Y el verdadero Enrique no se quedó callado. A través de un comunicado, negó contactos con “Lupe”, rechazó este tipo de estafas, invitó a sus fans a estar alertas y a contactarse con los sitios oficiales de los artistas.
Después de publicada la historia de este “romance virtual”, las reacciones llegaron y fueron de todo tipo. Y es aquí cuando reafirmo que no sé si las risas son por nerviosismo o por lo que muchas veces catalogamos como “falta de malicia”. Decidí dejarme arrastrar por las olas del comentario y busqué los que, en mi concepto, son los “más tranquilos” (si es que en este caso existen). Me encontré tres.
El primer “escribano” expresó:
- “No la culpo. Mi madre haría lo mismo pero por Chayanne”.
El segundo afirmó:
- “Quisiera tener, al menos, el 10 por ciento de la autoestima de esta señora”.
El tercero:
- “Responde, Enrique Iglesias. No seas cobarde”.
En el resto, no bajan a “Lupe” de ignorante, ingenua y hasta “gozosa”.
Lo que si es cierto es que los problemas de familia deben arreglarse en casa; y no irse por los bordes, sacarle el cuerpo a la situación y dejarlo todo botado. Soy de las personas que cree que hay que hacer el mayor esfuerzo por mejorar las relaciones. Si no se da, pues esa es otra “milonga”.
Al final, Guadalupe y Martín salvaron su matrimonio y denunciaron lo sucedido ante las autoridades. La investigación continúa, al igual que los riesgos de creer que las soluciones, a miles de casos, están en las redes sociales.
Hay que estar más atentos. Creo que estas herramientas han perdido su verdadera tarea (si es que la han tenido), y han generado más daños que beneficios, creando “mundillos” de consuelo cortoplacista y de maneras fáciles; esas que permiten estar al borde del engaño y aceptarlo sin importar lo que dejen.
Y si no me creen, pues pregúntenle a “Lupe”…
@HernanLopezAya
*Comunicador Social y Periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano con 26 años de experiencia en televisión y Oficinas de Comunicación. Fue jefe de emisión del fin de semana en RTVC NOTICIAS. Ganador del premio de periodismo Álvaro Gómez del Concejo de Bogotá en 2016. Bloguero de KIENYKE durante varios años