En la noche de Halloween, en Chapinero, Bogotá, Jaime Esteban Moreno Jaramillo, estudiante de la Universidad de los Andes, murió tras ser atacado por dos personas al salir de un establecimiento nocturno. La Fiscalía General legalizó la captura de Juan Carlos Suárez, mientras que la identidad del segundo presunto agresor aún no ha sido revelada. El hecho ocurrió días antes de las exequias, previstas para el 2 de noviembre, y la investigación apunta a un posible móvil de intolerancia que presuntamente motivó la agresión en un entorno de fiesta y confusión.
El ataque dejó a Moreno tendido en el suelo, y el material difundido en redes muestra que otro hombre intervino para separar a los agresores. Las autoridades han señalado que la difusión del video de la riña en Chapinero ayuda a entender la dinámica del hecho y la intervención de un tercer sujeto que habría impedido que la situación se desbordara. Las primeras versiones apuntan a un posible acto de intolerancia como móvil de la violencia que terminó en un trágico desenlace.
Familia y autoridades piden respuestas y justicia
El caso ha generado un intenso clamor público y un profundo dolor en la familia de Moreno Jaramillo. Sus padres publicaron un comunicado en redes sociales expresando su dolor y su deseo de que la verdad se esclarezca con celeridad. La Fiscalía informó la legalización de la captura de Juan Carlos Suárez y mantiene bajo reserva la identidad del segundo presunto agresor. Las exequias están programadas para el 2 de noviembre en el norte de Bogotá, mientras que el crimen ocurrió tres días antes, en una historia que ha conmocionado a la comunidad universitaria y a la ciudad entera.
«Era un sobrino espectacular, siempre estaba disponible para todos. Era una persona generosa; no me cansaré de describirlo como una buena persona.» – Luis Alfonso Jaramillo, tío materno
David Moreno, hermano menor de la víctima, recordó a su hermano con emociones a flor de piel: «Yo hablé con él, lo despedí como siempre con un beso en la frente. Nos dábamos muchas muestras de afecto; él no era de dar ese tipo de cariño, pero conmigo sí lo era». También afirmó que no habló con él la noche del hecho y que se enteró en la madrugada de lo ocurrido: «Él era un amor de persona, fue el hermano que todo el mundo debería haber tenido. Compartíamos todo en este mundo, nos amábamos mucho y era el mejor». Estas palabras acompañan una investigación que busca avanzar con claridad y justicia para las familias afectadas.
La cobertura de familiares y la difusión de imágenes del suceso han reavivado el debate sobre la seguridad en Bogotá y la necesidad de enfrentar la intolerancia en espacios públicos, especialmente durante celebraciones como Halloween. El caso ha sido objeto de comparaciones con episodios históricos en la ciudad, como el caso Colmenares, y ha impulsado pedidos de mayor vigilancia y respuestas institucionales para prevenir hechos similares. La Universidad de los Andes y la comunidad en general expresan su esperanza de que la investigación avance con transparencia y se determinen responsabilidades para quienes resulten responsables.
















