Vendedores ambulantes persiguen a dos jóvenes en Getsemaní, Cartagena

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En la plaza principal de Getsemaní, Cartagena, dos jóvenes colombianos fueron hostigados, amenazados y perseguidos por hasta doce vendedores ambulantes pasada la 1:00 de la mañana, después de involucrarse en una conversación con turistas extranjeros sobre los elevados precios que estos cobraban. El incidente, ocurrido en una zona turística conocida por estas prácticas habituales, escaló rápidamente cuando uno de los vendedores interrumpió la charla y llamó a otros cuatro para rodearlos e intimidarlos directamente, obligándolos a huir en un taxi que terminó cobrándoles 100.000 pesos.

Los extranjeros abandonaron a los jóvenes en medio del altercado, dejándolos solos frente a la agrupación de vendedores que gritaban frases como «no volviéramos por allá, que ya sabían quién éramos», mientras golpeaban el vehículo durante la persecución. El video del suceso, grabado por los protagonistas, se viralizó el 28 de diciembre de 2025 en el TikTok de Milton Rojas, generando un amplio debate en redes sociales sobre la seguridad en zonas turísticas de la ciudad.

Amenazas directas y frustración de los involucrados

Todo comenzó con una crítica a los precios excesivos que los vendedores ambulantes imponen comúnmente a los turistas en Cartagena, lo que provocó la reacción agresiva de los comerciantes. Uno de ellos se acercó inicialmente exigiendo que dejaran de entrometerse en su forma de trabajar, argumentando que esa era su zona y que los jóvenes no eran de por allí, lo que atrajo a más compañeros para presionar físicamente.

«Dejen de ser metidos, déjennos trabajar, que este es el pedazo de nosotros y ustedes no son de por acá».

Vendedor ambulante

Los jóvenes, al resguardarse en el taxi, notaron que el conductor aprovechó la situación de urgencia para cobrar una tarifa exorbitante de 100.000 pesos hasta su destino, aunque en ese momento priorizaron su seguridad por encima del costo.

«El taxista obviamente vio la situación y creemos que se aprovechó de tal situación porque nos dijo que sí, que para allá vale $100.000. En ese momento realmente no nos importaba cuánto iba a cobrar».

Los dos jóvenes colombianos

Los protagonistas expresaron su profunda frustración por la experiencia y un deseo ferviente de que nadie más tenga que vivir algo similar, mientras que los comentarios en redes sociales oscilan entre llamados a un mayor control policial en áreas turísticas y opiniones que relativizan el hecho como algo común en ciudades con alta afluencia de visitantes. Este episodio pone de manifiesto las tensiones persistentes entre el comercio informal y la seguridad pública en Cartagena.

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