El gobierno del presidente Gustavo Petro decretó un aumento del 23 por ciento al salario mínimo para 2026, fijándolo en dos millones de pesos mensuales, una medida que busca fortalecer el poder adquisitivo de los trabajadores pero que ha desatado fuertes críticas de los gremios empresariales por la ausencia de concertación tripartita. Esta decisión, tomada por decreto presidencial en Colombia, repite el mecanismo utilizado el año anterior ante la falta de consenso, y ha sido cuestionada por figuras como Jaime Cabal, presidente de Fenalco; Bruce Mac Master, presidente de la Andi; Andrés Santamaría, presidente de Asocapitales, y representantes de la Federación Colombiana de Gestión Humana, conocida como Acrip.
El incremento, que Acrip calcula en un 23,7 por ciento, supera ampliamente los ajustes planeados por las empresas, que según una encuesta de esta federación a 150 organizaciones no excederían el 6,2 por ciento. Fenalco advierte que el costo total por trabajador superará los tres millones de pesos, afectando sectores con tarifas indexadas al salario mínimo, mientras que Asocapitales proyecta un impacto inmediato en el transporte público con unos 200 pesos adicionales por pasaje, agravando déficits en ciudades como Cali, Medellín, Bogotá y Cartagena.
Reacciones del sector privado
Los líderes empresariales han calificado la medida como una imposición sin base técnica ni consideración de variables económicas y de productividad, en medio de una emergencia económica que complica el empleo formal y fomenta la informalidad, además de presionar la inflación y los costos de servicios indexados. Credicorp Capital, por su parte, ajusta sus proyecciones económicas para 2026, según Daniel Valencia, managing director de Research.
«farsa y burla institucional para el sector productivo del país»
Jaime Cabal, presidente de Fenalco
«lo que se presentó en Colombia no fue un acuerdo tripartito, sino una puesta en escena, en la cual desde el inicio se sabía que no se tendrían en cuenta las variables técnicas, económicas ni de productividad, y que la decisión ya estaba tomada»
Jaime Cabal, presidente de Fenalco
«uno de los mayores actos de populismo de la historia de Colombia»
Bruce Mac Master, presidente de la Andi
«La decisión sobre salario que acaba de tomar el Gobierno nacional impactará la inflación, no como dice el presidente como un ejercicio de lucha de clases, sino afectando profundamente la capacidad de compra de los hogares más pobres»
Bruce Mac Master, presidente de la Andi
«Un incremento del 23% en el salario mínimo tiene un efecto inmediato en los costos del transporte público. En términos prácticos, estamos hablando de alrededor de $200 adicionales por pasaje»
Andrés Santamaría, presidente de Asocapitales
«El incremento del 23,7% está por encima de la realidad financiera y productiva de las empresas»
Federación Colombiana de Gestión Humana (Acrip)
Impactos a la vista
Esta decreto presidencial genera preocupación por sus efectos en cadena, desde la pérdida de competitividad empresarial hasta el encarecimiento de bienes y servicios esenciales para los hogares de menores ingresos, en un contexto donde el diálogo tripartito parece haber sido relegado por decisiones unilaterales del gobierno.

















