Este es un amanecer como cualquiera para Valentina, o eso es lo que ella cree. Su rutina es como la de todos los días: se levanta, se organiza… se dirige hacia el trabajo. Especialmente, este día traía una noticia para ella. Estaba vendiendo perros calientes por la Universidad de Caldas cuando un amigo la llamó y le dio las buenas nuevas: Chaos Frequency va a tocar en el Freedom, uno de los festivales más importantes de música electrónica del país.
Nacida y criada en Manizales, entre las montañas y la región nublada de Colombia, un lugar donde no es habitual escuchar música techno, pero que cada día es más común y su cultura crece sin precedentes, los orígenes musicales de Valentina Velázquez, o como mejor se reconoce en la pista: Chaos Frequency, son un asunto de vieja data. Como artista, a medida que va pasando el tiempo se hace al título de volverse grande y reconocida en la escena nacional, y ¿por qué no? Internacional.
Su trabajo aplica luz y sonido para crear experiencias inmersivas, conectarse con su audiencia es la tarea por la que día a día pincha en la consola y arranca con la creación del espacio físico, que le informa a su público que ella está ahí para hacerlos bailar y disfrutar de una noche donde lo que más importa es danzar consigo mismo.
El sueño de esta historia arranca en el 2017, Valentina es una chica joven y comienza a ver su entorno de otra manera, conoce la vida nocturna de Manizales y su interés se vio marcado cuando entre sus gustos aparece la cultura electrónica, A partir de ese momento salir de fiesta hizo parte de su rutina, empezó asistir a eventos y quedó enamorada de esa música.
En el 2020 la pandemia estalla a nivel mundial, comienza la cuarentena y lo que para muchos fue caos, para Chaos fue el origen que le dio nombre a todo. Tras varios sucesos que agobiaron su vida, momentos donde no había calma e incluso cosas en su cabeza que no la dejaban dormir, descubrió en la música un refugio y un espacio de liberación. “En ese tiempo empecé a pinchar y encontré la dualidad entre la comodidad, la armonía y la densidad sonora”, Así lo relata ella.
El nombre de su proyecto es Aka Chaos Frequency y su enfoque musical evoluciona hacia el techno con fusiones de estilos entre lo experimental, lo hipnótico y con atmósferas voladoras y dinámicas. Sus sets abarcan sonidos que conllevan hacia la introspección individual y colectiva, aborda un vórtice energético de texturas densas y disruptivas.
Acá les dejamos uno de sus sets:
Tras llevar 3 años posicionándose en la escena electrónica local, Valentina ya ha tenido la oportunidad de llevar sus piezas artísticas a lugares como: Bogotá, Cali, Pereira, Santa Rosa de Cabal y participar de los festivales más grandes en Manizales. “Todas las noches dejan enseñanzas y uno aprende muchas cosas en el escenario, pero mi noche favorita hasta el momento se dio en Santa Rosa, logré conectar durísimo con la gente, de una manera hermosa. Sentí una calma profunda en mi alma”.
Actualmente, ella es residente del Club Room Marte y menciona que otro de sus mejores momentos fue poder entregarle a su público un, extended set que duro 7 horas en el cual se pudo expresar completamente. “La conexión fue emocionante y con mucha energía. Poder viajar musicalmente por frecuencias se ha vuelto de mis cosas favoritas”.
El Freedom Festival
En los últimos años, Colombia se ha convertido en un escenario ideal para la llegada de nuevos movimientos culturales. Hoy, las posibilidades para los jóvenes que habitan el país en términos de entretenimiento son casi ilimitadas. Algunos de ellos, ávidos de nuevas experiencias, han encontrado en la música techno una forma para expresarse.
El Freedom Festival es uno de los eventos que más crecimiento tienen en el país, poco a poco se ha convertido en el evento de música electrónica masivo más representativo de la ciudad de Medellín. Medellinstyle es una promotora y colectivo que ha venido trabajando de manera independiente por casi dos décadas en esa ciudad, y logró que la liberación electrónica masiva se convirtiera en su principal consigna, reuniendo en un ambiente enérgico y caliente a miles de paisas cobijados por un aura de respeto y paz. Por el crecimiento que ha tenido en los últimos años y los riesgos que toma en la curaduría, el Freedom se postula para los próximos años como un festival de vanguardia no solo en Colombia, sino en Latinoamérica.
Así como Valentina, hay varios manizaleños que han sido parte del cartel de este festival y han acompañado a los artistas más grandes del mundo sobre esos escenarios; sin embargo, cada año el festival crece y trae consigo más retos, para esta ocasión Chaos Frequency fue elegida como representante de la capital caldense para poner a vibrar los corazones de todos los asistentes en el segundo día de festival.
Para Valentina el Freedom es un sueño hecho realidad, ya que anualmente asiste, incluso menciona que lleva 5 ediciones continuas sin faltar. “Uf para mí estar allí lo es todo, es el pago y el reconocimiento por estos años de trabajo por la escena. La noticia la recibí en el trabajo, me llamó un parcero porque yo ni por enterada estaba que había sido seleccionada y hasta ahora sigo en shock. Estar ahí para mí será realmente trabajar mucho, estudiar lo que el tiempo deje y aprovechar ese tiempo en el escenario al máximo para que se abran más puertas”.
Semanas antes de quedar seleccionada, ella envió un pódcast de 15 minutos con producciones propias para cautivar a los curadores del evento. Valentina tendrá la oportunidad de estar al lado de sus favoritos y podrá disfrutar de la vibra del público paisa, “iré segura de mí misma y también será un honor de poder estar al lado de artistas como Dj Pete, Takaaki Itoh, Electric índigo, Wata Igarashi, Audion, Deniro, Talisman y varios más”.
En ocasiones la escena electrónica es marcada por los estereotipos frente al consumo de drogas. La lucha que tienen entre Djs, asistentes y promotores es intentar cambiar ese pensamiento, enseñando y demostrando que la cultura va más allá de eso. Chaos Frequency es un proyecto que data que desde Manizales hay representantes que quieren dar lo mejor de sí para cambiar ese paradigma.
