Fotos Plaza de Toro de Manizales
Por GERMÁN MEJÍA GALLO
Concluyó la temporada 70 de la Feria Taurina de Manizales, dejando gratos sabores y recuerdos para los aficionados a los toros, son muchos los instantes y momentos, acá en La Veintitrés recordamos algunos de ellos…
Las entradas a la plaza fueron espectaculares, todos los días se vio con un lleno holgado y la afición disfruto de cada momento, eso significa que económicamente la temporada fue exitosa y que el gran beneficiado fue el Hospital Infantil de la Cruz Roja, que año a año recibe las utilidades de la temporada, para invertir en sus necesidades de equipos para atender a los niños de la región y los pacientes que utilizan sus servicios.
En el primer festejo la actuación de Manuel Libardo fue muy importante para él, demostrando que tiene condiciones y calidad para mantenerse en el ruedo, logró con su labor hacer mucho más destacada la presencia en la arena del toro Greñudo de Mondoñedo, que recibió el indulto en esa tarde torera.
En la corrida de Dos Gutiérrez apareció uno de Ernesto, Cadenero, que tuvo todo lo que un toro bravo y bueno puede tener para que el torero se luzca. Ramón Collado, quien lo lidió, sacó a relucir todo su conocimiento y maestría para que el acople fuera total; el resultado, un toro indultado y un torero que realizó una de las más completas faenas de la temporada, fue una faena de trofeo.
En esta misma corrida del lunes 6, el momento más dramático se vivió a la hora de colocar las banderillas del primer toro de Juan Hernández, Cascabelero de 442 kilos de peso, Ricardo Santana salió al ruedo a jugársela con su dos pares, que fueron colocados en todo lo alto, corriendo él todos los riesgos… A la salida de su segundo par, el toro le persiguió y le arroyó contra las tablas en el burladero de matadores; a la hora de hacer esta nota, Santana sigue entre la vida y la muerte en un centro asistencial de la ciudad, en las manos de Dios está su futuro. Pasó solo un instante, uno solo, y vino lo peor…
La tarde de los de Santa bárbara estuvo pletórica de emociones por lo realizado en el ruedo por Antonio Ferrera, con sus pares de banderillas y la faena de muleta que le merecieron las dos orejas, pero muy especialmente por la actuación del colombiano Juan de castilla, para él fue una tarde redonda con pases por derecha e izquierda magníficamente ejecutados, aprovechando la muy buena labor de los toros en la plaza.
La tarde del 8 en la monumental estuvo pasada por agua, los toros de Cesar Rincón una vez más fallaron en Manizales y solo se pudo destacar esa tarde la actuación del torero de casa, José Arcila, quien cortó a Ley una oreja a cada uno de sus toros. El primero, indígena, peligroso y buscando llevarse por delante al torero que con valentía le enfrentó, y el segundo, Encanto de nombre, el único que le dio garantía a los toreros en la tarde, muy bien aprovechado por Arcila para hacer una gran faena que remata con una gran estocada que mató al toro sin puntilla. Merecida oreja y puerta grande para el colombiano que termina con lágrimas de alegría en sus ojos.
El Festival Taurino dejó varios momentos para el recuerdo, primero, el de la Virgen Macarena dando la vuelta al ruedo en medio de las velas encendidas por los aficionados; ya sin la lluvia presente en la plaza, salieron al ruedo los toros de Ernesto Gutiérrez que solo permitieron el lucimiento de Ferrera, Castella y Negret. Ferrera se montó al Caballo para colocar la puya a su toro, luego puso tres magníficos pares de banderillas y termino con una faena torera que termino premiada con las dos orejas.
Sebastián Castella realizó la mejor faena de la noche al toro Silletero; con el capote, extraordinarias verónicas y chicuelinas, con la muleta, una faena artística y templada, con pases de seda y remates de lujo, el toro lo llevó al máximo y al final un merecido indulto y el premio de las orejas para el torero, que durante la lidia tuvo un instante sobrecogedor cuando el toro le partió de sorpresa, y él, sin inmutarse, le hizo el quite con el único recuso de tocarle la muleta a un lado para que el toro cambiara su destino.
Destacable lo hecho por el novillero capitalino Felipe Negret, quien aprovechó muy bien el toro que le tocó en turno, Florisel, para llevarlo artísticamente con el capote y la muleta y al final cortar las orejas luego de gran estocada.
El jueves 9, Luis Bolívar toreo a Lanzadito, el toro de Juan Bernardo Caicedo, de maravilla, toreo lento y por bajo, derechazos y naturales, le dio las distancia a su enemigo y termino haciendo una gran faena para dar fin a su gesta torera en esta plaza tras veinte años de alternativa, indultando a su cuarto de la tarde. Lo podrá pensar Bolívar, porque todavía se ve con muchas condiciones para mantenerse en el toreo.
La temporada terminó con la despedida de Ponce de los toros en Colombia, lo hizo de manera magistral, cortando tres orejas a los de Ernesto Gutiérrez, y saliendo por la puerta grande. Gran actuación del valenciano que dejó para el recuerdo en la capital caldense, sus faenas artísticas que le permitieron ganar en 6 oportunidades el trofeo de la Catedral de Manizales.
Un momento de la última tarde fue el vivido por Sebastián Castella, quien vio entrar vivo su primer toro de la tarde, no pudo despacharlo con la espada y tampoco con el descabello. Su cabeza agachada contra la barrera con lágrimas en sus ojos, lo dicen todo, en nuestra plaza nunca le había pasado algo igual. Sin embargo el público lo coreo y aplaudió para obligarlo a saludar desde los medios, reconociendo la faena realizada al toro devuelto.
Juan de Castilla, a quien se le entregará el próximo año el trofeo, fue escogido por el jurado como el mejor torero de la temporada. En su último de la tarde del sábado, cortó las dos orejas para acompañar en la salida a Ponce el día de su despedida.
Un momento que nunca falto, fue aquel de todas las tardes tras sonar los himnos de Colombia y Manizales, el fuera Petro coreado por toda la plaza, incluso en la última de feria, con el fondo de la música del Batallón Ayacucho que acompañaba la recogida de la bandera colombiana. Al final, el gran aplauso de los miles de colombianos que estaban en la corrida, para el Ejército de nuestro país cuando abandonaban el ruedo de la Monumental.
Finalmente, una presidencia que tuvo más aciertos que desaciertos y que pese a la protesta de algunos aficionados bogotanos por los indultos, terminó cumpliendo como siempre con nuestra plaza, manteniéndola como la primera de Colombia y una de las más respetadas por el mundo del toro.